De acuerdo con los
fundamentos y propósitos del currículo, la evaluación orienta a los actores y
favorece el desarrollo del proceso educativo, ya que:
•Contribuye a que el
estudiante conozca sus capacidades y limitaciones.
•Informa al educador
acerca de la pertinencia y efectividad de las planificaciones.
•Trata de evaluar los
aprendizajes de conceptos, procedimientos, valores, actitudes y normas, así
como el desarrollo de las capacidades y habilidades a partir de la diversidad
de estrategias puestas en marcha.
•Es tan importante
evaluar los logros de los procesos de aprendizaje de los estudiantes, y las
estrategias desarrolladas y actividades realizadas durante el proceso.
La
evaluación debe ser de carácter continuo, y además debe ser diagnóstica,
formativa, participativa y cooperativa; es decir, hacer intervenir a todos los
actores involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Hay momentos de heteroevaluación,
a cargo exclusivamente de los docentes en los cuales utilizan sus criterios con
márgenes de libertad para evaluar a los demás actores del proceso. Los actores
del proceso educativo han de fomentar la auto-evaluación, como proceso a través
del cual cada actor pondera sus logros propios y sus resultados, y la
coevaluación, trabajar juntos en actitud dialogante y crítica. Por último, la
metaevaluación se considera como una propuesta de investigación para los
educadores, estudiantes y las diferentes instancias de la gestión curricular.
Evaluación
Auténtica
La
evaluación auténtica se “concibe como un proceso colaborativo y
multidireccional, en el cual los alumnos se autoevalúan, son evaluados por sus
pares y por el maestro y este a su vez aprende de y con sus alumnos.
En este sentido la
evaluación auténtica hace públicos estos dos tipos de evaluación, lo que
inmediatamente hace referencia al carácter participativo del alumno, donde la
responsabilidad recae en él, de sus logros de aprendizaje y reconoce al
profesor solo un carácter de “mediador“ entre los conocimientos previos y los
nuevos, teniendo esto como requisito del proceso de construcción y comunicación
de significados.
De este modo, lo que
verdaderamente importa es que la evaluación que practiquemos tenga correspondencia
realmente con los objetivos que decimos perseguir en el diseño de nuestra
materia. En efecto, las tareas para evaluación han de ser “auténticas” en
relación con los objetivos; éstos tienen que estipular una calidad de actuación
que exija después la tarea para evaluar. La autenticidad nos lleva a considerar
la evaluación contextualizada o descontextualizada, la evaluación holística o
analítica y la evaluación convergente o divergente.
J. Michael O'Malley
(1996) enlista las características de desempeño estudiantil que deben tenerse
en cuenta al efectuar una evaluación auténtica:
Construcción
De Una Respuesta: El estudiante construye las
respuestas basándose en sus experiencias personales en relación a una
situación. Se exploran múltiples recursos nuevos con el fin de generar un
producto.
Habilidades
Intelectuales De Orden Superior: Se construyen
respuestas para preguntas abiertas, haciendo uso de destrezas en análisis,
síntesis y evaluación.
Autenticidad: Las
tareas tienen un verdadero significado, presentan retos, e involucran
actividades que reflejan buena instrucción, con frecuencia importante en el
contexto del mundo real.
Integración: Las
tareas requieren una combinación de destrezas que integran materias como
Lenguaje con otras del currículo en las que todas las competencias y contenidos
están abiertos a la evaluación.
Proceso
Y Producto: Con frecuencia se evalúan los
procedimientos y las estrategias que se emplearon no solo para llegar a
respuestas potenciales sino para explorar soluciones múltiples a problemas
complejos, además de o en lugar de, evaluar solo un producto final o una
respuesta única, correcta.
Profundidad
En Lugar De Amplitud: Las evaluaciones sobre el
desempeño se construyen a lo largo del tiempo (período escolar) con una
variedad de actividades que reflejen crecimiento, madurez y profundidad,
conducentes al dominio de estrategias y procesos para resolver problemas en
áreas específicas, bajo el supuesto de que estas destrezas se transferirán a la
solución de otros problemas.
Instrumentos de Evaluación
En un primer significado la palabra instrumento significa utensilio
manual de trabajo. Cada profesión tiene sus instrumentos particulares los
que fueron creados a lo largo de los años por los hombres.
Los instrumentos y técnicas de evaluación son
las herramientas que
usa el profesor necesarias
para obtener evidencias de
los desempeños de los alumnos en un proceso de enseñanza y aprendizaje.
Los instrumentos no son fines en sí mismos, pero constituyen una ayuda
para obtener datos e
informaciones respecto del estudiante, por ello el profesor debe poner mucha atención en
la calidad de
éstos ya que un instrumento inadecuado provoca una distorsión de la
realidad.
Anecdotario: Es
el registro acumulativo y permanente, que hace el docente, de los hechos
relevantes realizados o en los cuales ha participado el estudiante. Permite
valorar, en especial, la conducta individual y colectiva del estudiante, sus
actitudes y comportamientos.
Debate: Permite
una evaluación cualitativa, es posible observar las capacidades del alumno para
argumentar así como ciertas actitudes.
Diarios o bitácoras: Es
un registro escrito, de manera permanente, que realiza el profesor sobre el
planeamiento, desarrollo y evaluación de las actividades docentes. Es una
descripción del aula en acción que permite al docente hacer explícito el mundo
de las relaciones e interacciones que se suceden cuando está animando los
aprendizajes (se desarrolla más adelante).
Encuestas
y cuestionarios: Son listados de preguntas, por
escrito, que se entregan a diferentes personas que pueden suministrar una
determinada información.
Entrevista: La
entrevista es una técnica que busca la formación del alumno. La evaluación se
lleva a cabo a través del diálogo. Mediante el diálogo se puede establecer la
consistencia del razonamiento, de las adquisiciones y de las capacidades
cognitivas del alumno.
Ensayos: Evalúa
calidad de argumentación, manejo de la información, apropiación de conceptos y
teorías.
Escalas
de valoración de actitudes: Son instrumentos que
aprecian y miden la disposición (a favor o en contra) del estudiante hacia un
objeto, grupo o situación.
Exámenes
de desarrollo: Es el examen tradicional de tres a
cinco preguntas que el estudiante debe contestar de manera individual. Es una
prueba muy fácil de elaborar pero difícil de evaluar porque se presta para
sesgos por parte del profesor, cuando conoce a sus autores.
Se puede mejorar la
calidad de esta forma de evaluación elaborando previamente los patrones de
respuesta para las preguntas y capacitando monitores para que lean
las respuestas de los estudiantes y las comparen con los patrones, con tres
posibilidades de valoración: plena concordancia, mediana concordancia y ninguna
concordancia.
Examen
escrito: Es la técnica de evaluación utilizada
tradicionalmente. El alumno en estas pruebas recibe una serie de peticiones que
ha de contestar o resolver, según sean de carácter teórico o práctico, en un
periodo de tiempo determinado, en ocasiones esta técnica varía y se realizan
exámenes orales con el mismo procedimiento.
Examen
con posibilidad de consultar bibliografía: Pruebas
encaminadas a resolver aspectos o casos con la posibilidad de consultar libros
y apuntes previamente preparados por el alumno. Se trata de evaluar la
capacidad de obtener información, analizarla y resolver problemas prácticos,
más que la memorización de unos conocimientos teóricos.
Un caso específico de
prueba escrita dentro de las pruebas objetivas son los exámenes tipo test en los
que se plantean preguntas cerradas con las respuestas predefinidas. Los alumnos
deben seleccionar la o las respuestas correctas entre las opciones planteadas.
Generalmente suelen ser enunciados breves y respuestas igualmente no muy
extensas. La ventaja de este tipo de prueba es su carácter objetivo, puesto que
la puntuación no depende del profesor que corrige, siendo posible incluso
utilizar un lector óptico. Por una parte, presenta para el docente la ventaja
de la rapidez y facilidad de evaluación.
Entre los inconvenientes, las pruebas
de tipo test son de difícil elaboración por parte del profesor. La falta de
concreción de las preguntas y la ambigüedad que pueden presentar las respuestas
son otros problemas. Por otra parte y por lo general, las materias son ricas en
matices y difíciles de encajar en una evaluación de preguntas cerradas con
múltiples respuestas predeterminadas. Este sistema de evaluación fomenta en los
docentes y en los alumnos un enfoque centrado en los aspectos que se preguntan,
por ejemplo, definiciones y clasificaciones. No desarrollan en el alumno el
proceso del pensamiento.
Grabaciones en audio o
vídeo con guía de análisis:Cuando las grabaciones de audio o vídeo se utilizan
en la enseñanza y el aprendizaje, los docentes pueden valorar el grado de
apropiación de los contenidos de los mismos mediante guías de análisis que
deben desarrollar los estudiantes.
Observación: La
observación tiene un sentido de evaluación informal. Tanto el alumno que hace
de observador como el observado, deben conocer previamente las reglas del
juego. Unos para saber a que atenerse y otros para apreciar el valor de lo
observado.
Portafolio: Es
un registro acumulativo que sistematiza la experiencia obtenida en un tema o
asignatura y que se puede presentar en un fólder o carpeta de argollas. En el
mismo se incluyen materiales de búsqueda bibliográfica, representaciones
gráficas del material estudiado (mapas conceptuales, aspectos conceptuales,
cuadros sinópticos, resúmenes elaborados por el estudiante sobre textos
asignados por el profesor) al igual que ensayos, informes, evaluaciones y las
correcciones correspondientes o cualquiera otra producción intelectual.
Proyectos: Son
aplicaciones de un tema o asignatura con los cuales se puede evaluar el grado
de apropiación de los conocimientos, habilidades y destrezas intelectuales. Los
proyectos permiten el ejercicio de la autonomía y la creatividad de los
estudiantes. Los aprendizajes son lentos y exigen gran inversión de tiempo y
trabajo, pero los aprendizajes son duraderos. Exigen mucha planeación de parte
del docente para que el estudiante reciba todas las orientaciones necesarias antes
de emprender el trabajo (más adelante se explica con mayor detalle).
Pruebas
escritas: han sido el medio tradicional de evaluación
del alumnado, sobre todo en la universidad. Esta técnica presenta diversas
variantes.
Prueba
teórica: El estudiante debe contestar una serie de
temas de carácter teórico propuestos por el profesor. Estos temas pueden ser de
carácter extenso, donde se evalúa el conocimiento sobre un tema o apartado que
el alumno debe desarrollar o cuestiones más concretas y breves. Este tipo de
evaluación puede plantear un aspecto determinado derivado del programa de la
asignatura impartida o pedir que se relacionen conceptos y conocimientos a
través de la relación de los conocimientos adquiridos.
Examen
práctico: En este tipo de examen se deben resolver, unos
supuestos o problemas planteados normalmente de carácter cuantitativo, en el
que se aplican un determinado instrumento o modelo al fenómeno descrito.
Pruebas
mixtas: Se utiliza de manera conjunta los dos tipos
anteriores, se valora tanto el aprendizaje teórico como la capacidad de
resolver cuestiones prácticas mediante la aplicación de los conocimientos
teóricos adquiridos.
Pruebas
objetivas: Se ocupan del conocimiento factual. La
estructura de estas pruebas consiste en un enunciado que especifica en términos
precisos los logros previstos. La redacción es tan exacta que sólo admite una
interpretación para una única respuesta. Se tiene en cuenta no sólo el número
de respuestas correctas, en una relación de buenas sobre el total de preguntas,
sino la posición de cada estudiante en relación con el grupo de referencia
(posición en la curva de distribución normal de puntajes). Presenta diferentes
formas tales como: verdadero-falso, completar frases, opción múltiple (simple o
compuesta), etc.
Seminarios: El
seminario, y en particular el seminario de investigación, es una práctica
didáctica y evaluativa que fomenta la construcción social del conocimiento.
Aunque los aprendizajes son procesos individuales, en el aula se realiza la
validación social de los mismos mediante procesos de interacción comunicativa.
Las discusiones y debates alrededor del objeto de aprendizaje permiten al
docente valorar no sólo el grado de dominio del tema por parte de los
estudiantes, sino apreciar la capacidad discursiva y argumentativa de los
mismos.
Solución de problemas: Responde
a los enfoques de evaluación actuales. Desarrolla capacidades y habilidades del
pensamiento. Mide tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje, como el producto
(se detalla más adelante).
Talleres: Son
experiencias docentes que permiten demostrar la capacidad de aplicar
conocimientos y destrezas en una determinada área del saber. En los talleres se
pone en evidencia las capacidades de trabajo individual y colectivo de los
estudiantes.
Tareas, ejercicios y
actividades dentro o fuera del aula: Es la forma tradicional de reforzar y
valorar los aprendizajes de los estudiantes. Requieren planeamiento e
instrucciones muy claras para que la ambigüedad no constituya motivo de
desconcierto y desesperanza de parte de los estudiantes al tratar de resolver
algo que se les asigna con un alto grado de generalidad.
Técnica de casos: Apoya
a la técnica de solución de problemas (se detalla más adelante).
Técnica de pregunta: Apoya
a la técnica de solución de problemas, propicia el desarrollo del pensamiento
abstracto, estimula la participación y retroalimentación de conocimientos.